viernes, 25 de enero de 2008
Cenizas y nieve con internet y sin cantina.
25/1/2008, El Periódico de Catalunya. Crónica desde México//
TONI CANO
El Zócalo, la gran plaza central, embarga siempre con un cúmulo de sensaciones. Pero, a decir de muchos, "no hay palabras" para describir las que estos días brinda. Apenas quitaron la pista de hielo que fue la atracción de las Navidades, un experto colombiano empezó a elevar, bambú a bambú, un catedralicio Museo Nómada que ya provoca --un récord más-- la mayor aglomeración humana ante la obra de un artista vivo. Una cola kilométrica serpentea por la plaza para redescubrir, con las fotos de Gregory Colbert, "esa tierra común que una vez existió cuando las personas vivían en armonía con los animales". Al mismo tiempo, el progreso se traduce en una cúpula inalámbrica del Zócalo a la Alameda que permite conectarse a internet. Y pone fin a un siglo y medio de historia viva al cerrar El Nivel, la primera cantina de México.
Aclamada en Venecia en el 2002, y en los últimos tres años en Nueva York, Los Ángeles y Tokio, la exposición Ashes and Snow, o Cenizas y nieve, reúne la obra creciente del canadiense Gregory Colbert: fotos y películas sin truco de hombres y animales totémicos, inverosímiles y bellas, que transmiten la placidez y renovación que el título insinúa. Unas 15.000 personas al día salen extasiadas del no menos impresionante palacio de bambú. Como Televisa se ha unido a los patrocinadores, la gente reconoce al artista y lo vitorea en la plaza: "Gregory, Gregory". Colbert, que proyecta hacer en México una más de sus fructíferas expediciones para captar "obras maestras vivas de la naturaleza", comenta: "No gritan por mí, sino por los animales que están dentro de estas paredes".
Mientras elefantes y felinos dialogan con humanos entre columnas de bambú, afuera los ordenadores portátiles se conectan gratis y sin clave a la red Ciudad México Digital. La burbuja inalámbrica cubre buena parte del Centro Histórico y las autoridades celebran tanto la amplitud como la velocidad de transmisión, mayores que lo esperado. Para abril, esperan tener al menos una burbuja similar, o hot spot, en cada una de las 16 delegaciones en que se divide la capital. Después de traer playas y pistas de hielo, el alcalde, Marcelo Ebrard, da así el primer paso del proyecto para convertirla en Ciudad Educadora y del Conocimiento. Y sigue acumulando méritos para suceder a un presidente, Felipe Calderón, con quien se resiste a hacerse una foto.
No ha sido él quien ha cerrado El Nivel --cantina con licencia número 1, en la esquina del Zócalo con Moneda, al lado de Palacio Nacional--, sino el largo litigio entre sus dueños transitorios, iniciado al quedar el local como la última dependencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando la magna casa de estudios se trasladó al campus del sur y acabó por dejar a su suerte el casco viejo del centro de la ciudad. Lo que para unos representa un "triunfo de la ciencia y el conocimiento sobre el vicio", resulta para otros un "acto de barbarie contra un trozo de historia viva". Si volvieran los pintores, poetas, músicos y actores que en El Nivel se inspiraron, si volvieran los villistas y zapatistas, los estudiantes y maestros, los locos y gendarmes que aquí se abrazaron, no habría Colbert ni internet que los apaciguara.
Fuente
elperiódico.com
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