• Empleados y clientes se reunieron en las calles de Moneda y Plaza de la Constitución para recordar 152 años de historia que tiene el establecimiento
MAGNOLIA VELÁZQUEZ
Miércoles 30 de enero de 2008
La esquina de Moneda y Plaza de la Constitución se convirtió en una cantina ambulante, donde los parroquianos de El Nivel, primer establecimiento con licencia para vender bebidas alcohólicas, exigieron su reapertura tras el anuncio de que cerró sus puertas.
Los nivelungos brindaron por los recuerdos y añoranzas de aquellas tardes de cervezas, brandys y tequilas que les dejó el establecimiento, al tiempo que pidieron a las “autoridades competentes” no cerrar el espacio.
Rodeado de amigos y curiosos se encontraba Panchito, mejor conocido como El Colosio y mesero del emblemático lugar. A cada pregunta de los reporteros las lágrimas invadían su rostro, pues ahora está desempleado y desconoce qué pasará con El Nivel.
Obreros, profesores, ingenieros, artistas, fotógrafos, poetas, escritores, hombres y mujeres escucharon la declaratoria de los nivelungos, hecha por un grupo de bohemios que exigían evitar acabar con los 152 años de historia que guardan las paredes de la cantina.
La dotación de cervezas, para protestar por el cierre del lugar, se terminó cuarenta minutos después de iniciada la protesta, pero a cambio llegó la botana y la música.
Frente a la entrada ahora cubierta por una cortina de hierro y un letrero que dice: “Cerrado por remodelación”, uno de los clientes, tomó su guitarra y comenzó a cantar: “Oye cantinero sírveme otra copa por favor/ quiero estar borracho en El Nivel”.
A él se le unieron parroquianos que vestían playeras cuya leyenda era: “En su barra codo a codo somos mucho más que dos... en El Nivel”.
La protesta terminó y con ello un mar de historias.
Fuente:
El Universal Gráfico
miércoles, 30 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario