21-Ene-2008
La república de las letras
Humberto Mussachio
Cerró la vieja cantina El Nivel
La cantina más tradicional de México, El Nivel, hace unos días cerró sus puertas. Aunque se dice que el celebérrimo bebedero fue fundado por don Carmen Gallegos y Romero hace 156 años, más cierto parece que haya sido después de 1881, pues debe su nombre al monumento hipsográfico que en ese año colocaron en el extremo sur de la plaza del Seminario, donde permaneció hasta 1924, cuando fue trasladado al otro lado de Catedral, frente a la avenida 5 de Mayo. A dicho monumento, levantado en honor de Enrico Martínez, la gente dio en llamarle el nivel, pues supuestamente informaba del nivel de los lagos del valle de México. Litografías de esa esquina muestran que la cantina no es tan antigua como se supone, aunque, eso sí, era la más vieja de la ciudad, pues contaba con la licencia número uno. Por ahí pasaron presidentes de la República, varios generales de la revolución, durante y después de los balazos, artistas como Agustín Lara y Diego Rivera, Juan Rulfo y Tito Monterroso, periodistas de la talla de Renato Leduc y Jacobo Zabludovsky, notables profesores de la Universidad y prácticamente todos los integrantes de la grey burocrática de Palacio. Hace unos veinte años hubo dos intentos de clausura y ahora la cantina, muy venida a menos, cierra sus puertas definitivamente, pues la UNAM reclama el predio y la construcción, porque alguien llegó a considerar un sacrilegio la existencia de la alcoholería donde dicen que estuvo la primera sede de la Real y Pontificia Universidad. Pero ocurre que ésta nunca tuvo ahí su domicilio, pues empezó la lectura de cátedras en las casas de la Audiencia, luego pasó al Hospicio de Nuestra Señora y, de ahí, en 1589, a los corredores de las casas del marqués del Valle y luego al edificio propio de la plazuela del Volador.
Fuente:
Excélsior
miércoles, 23 de enero de 2008
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