jueves, 24 de enero de 2008

Niega la UNAM haber impulsado el cierre de la cantina El Nivel

• Hay un proceso legal para recuperar el lugar, pero se resolverá en un año, dice la institución.

• Phil Kelly, artista plástico y asiduo parroquiano, lamentó la clausura de la taberna más antigua del DF.

• El martes 29 se realizará un Mitin chelero por la reapertura del local, anunció Marco Rascón.

• De ser cierto lo que asegura la universidad, el sitio está salvado, asegura el gastrónomo.


Emir Olivares Alonso y Jorge Caballero

jueves 24 de enero de 2008

El departamento de Comunicación Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desmintió haber promovido el cierre de la cantina más antigua de la ciudad de México, El Nivel, así como el desalojo de los trabajadores de ese establecimiento.

Aclaró que si bien existe un proceso legal para recuperar el inmueble donde se ubica la taberna, éste se prolongará al menos un año más, por lo que Rubén Aguirre –quien asegura ser el dueño de la popular cantina– miente al afirmar que la UNAM lo reclamó.

Explicaron que el dueño original de la licencia fue Jesús Aguirre Villegas, quien falleció en 2006, por lo que el juicio se encuentra suspendido debido a que aún no se nombra al representante de sucesión, aunque su hijo Rubén se ha acreditado como tal.

“El hijo se está aprovechando de las historias del inmueble y de la cantina, así como del prestigio de la UNAM para cerrar unilateralmente por razones desconocidas”, señalaron los funcionarios universitarios.

Las autoridades de la UNAM precisaron que Aguirre sólo es el dueño de la licencia de operación de la cantina –expedida en 1855, lo que la hace la más antigua del Distrito Federal–, más no del predio que ocupa parcialmente, junto con la cantina, el Programa Universitarios de Estudios sobre la Ciudad.

Acciones de defensa

Marco Rascón, del grupo Gastrónomos Unidos por la Libertad y el Arte (GULA) y articulista de La Jornada, al conocer esta información opinó: “De ser cierto lo que dice la UNAM, entonces El Nivel está salvado; ahora la institución debe de coadyuvar para garantizar su reapertura.

“Porque el cierre de la cantina se reduce únicamente a un conflicto laboral/empresarial que puede resolver la misma UNAM, el Gobierno de la Ciudad de México o el Fideicomiso del Centro Histórico. La suerte de un sitio como El Nivel no puede estar en las manos de un solo propietario”.

Agregó: “Por lo pronto, mediante GULA estamos convocando a un Mitin chelero en defensa de El Nivel, que realizaremos el próximo martes 29 de enero a las 13 horas frente a la cantina; además, llevaremos botana, como debe ser”.

El artista plástico Phil Kelly, habitúe de El Nivel, recuerda que descubrió la cantina en 1982, cuando deambulaba por el Centro Histórico; a partir de ese momento “la visité regularmente. Cada que iba tenía que mostrar mis calcetines a los meseros para que vieran que eran de diferente color y me reconocieran. El Nivel tiene magia; los meseros eran muy amables, la botana riquísima… un lugar que reunía a artistas plásticos y vendedores ambulantes… Había una pintura mía colgada en El Nivel. No sé que pasará con el cuadro, pero tengo una buena cantidad de pinturas y dibujos del lugar, de los meseros, de los comensales y de mis amigos con los que iba a tomar un trago. Cuando estaba ahí me la pasaba dibujando. El Nivel me inspiraba”.

El pintor irlandés nacionalizado mexicano agregó: “La semana pasada fui con un amigo, llevaba mis calcetines de diferente color y mis materiales para dibujar, pero ya estaba cerrada. Francamente, un hecho lamentable, porque forma parte de la tradición cultural del Distrito Federal. Además, todas las ciudades importantes, como Londres o París, tienen sus cantina emblemáticas, las cuales cuidan y protegen”.

Propuestas para la reapertura

Leonardo de la Sierra, miembro de GULA y propietario del bar Alfonso, que tiene 86 años de existencia en el Centro Histórico, también mostró su preocupación por la situación que atraviesa El Nivel: “Hay que ver cómo se puede rescatar el lugar; que el dueño precise las causas por las que decidió cerrarla.

“Se puede hacer un fideicomiso o una asociación, porque un lugar como El Nivel, con toda su historia e importancia, no puede desaparecer”.

De la Sierra mencionó además que “las autoridades locales, federales o universitarias deben hacer algo para rescatar el lugar. Igual, el Mitin Chelero del próximo martes será para festejar su posible reapertura o algún arreglo”.

La historia de los conflictos legales por El Nivel y el inmueble se remiten al sexenio de José López Portillo, cuando las entonces propietarias del mismo, Enrique Herrera de Jáuregui y Enriqueta Jáuregui Herrera, vendieron el local a la entonces Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, por lo que años después el dueño de la licencia de El Nivel, Jesús Aguirre Villegas, entabló un juicio civil contra las autoridades federales reclamando la nulidad del contrato de compraventa.

En 1994, el gobierno federal, mediante la Secretaría de Desarrollo Social, transfirió el inmueble a la UNAM, por lo que la institución acudió en 2005 como primer interesado en el juicio de nulidad promovido por Aguirre Villegas, siéndole favorable la determinación judicial de propiedad.

De ese primer proceso legal, se informó en la UNAM, a la fecha sólo está pendiente por resolverse la apelación de Aguirre o su representación legal, lo cual analizan las autoridades competentes.

Debido a que el propietario de la licencia de la cantina no ha pagado las rentas correspondientes a la Universidad desde 1994, desde que se convirtió en dueña del sitio, en enero de 2006 la UNAM, mediante la oficina del abogado general Jorge Islas, inició un segundo proceso legal en contra de Jesús Aguirre Villegas, reclamando la terminación del contrato de arrendamiento que éste había celebrado con las anteriores propietarias del inmueble, solicitando, en consecuencia, la entrega del local donde se ubica la histórica taberna, cuyo registro es de 1855.

Sin embargo, este juicio se encuentra suspendido debido al fallecimiento de Jesús Aguirre Villegas, ya que aún no se ha designado a un representante de la sucesión con quien se pueda continuar el juicio de arrendamiento; debido a ello la propia UNAM tramitó en mayo de 2006 un juicio sucesorio para que las autoridades judiciales designen al representante del ahora finado.

El Nivel cuenta con la licencia 001 para vender aguardiente, vinos y licores que se le otorgó el 2 de febrero de 1855, lo que la convirtió en la primer cantina de la ciudad de México.


Fuente:
La Jornada

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